Se trata de una reforma de una antigua vivienda en el barrio de Russafa. Quitando los falsos techos se descubrieron unas fantásticas vigas de madera que se quisieron poner en valor dejándolas vistas. Así además se aumentó el volumen de los espacios y consiguiendo también un espacio más en altura dentro de la habitación.
En el salón se abriendo ventanas de mayor tamaño consiguiendo un mayor aporte de luz y aporte térmico solar. Además con la nueva distribución de espacios se consiguió el máximo espacio de almacenaje y relacionar mejor la cocina con el comedor y sala de estar. Para toda la reforma se utilizaron los materiales más sostenibles y ecológicos para que las condiciones higrotérmicas fueran las idóneas.